¡Hola es miércoles y a qué costo!
¿Estás con un café a la mano? espero que al menos ya le hayas dado un sorbo antes de empezar a leerme. Y es que, este miércoles tiene sabor a lunes y los lunes, la verdad no son los mejores aliados de nadie. Pero siéntete agradecidx, agradecidx de que estás despiertx y seguro a tiempo para todo lo que planeaste esta mañana.
Te escribo desde ninguna cafetería, tengo que confesar que en estos últimos seis meses dejé la cafeína. De hecho, este news letter está inspirado en mi antiguo blog de instagram donde hablaba de baristas y cafeterías. El café siempre me ha inspirado y ha sido esa gasolina que necesitaba para empezar mi día, pero ahora, decidí cambiar ese método.
Todo empezó con un pequeño “breakdown” en marzo de este año, este “breakdown” fue y ha sido la segunda señal más grande que me mandó la vida para despertar y desempolvar “todo eso” que había estado acumulando debajo de la alfombra. Y con “todo eso”, me refiero a creencias limitantes y patrones tóxicos que sin querer se estaban repitiendo en mis relaciones amorosas, familiares y amicales.
Tenía que terminar con esa vida en automático, vida de la que ya no tenía control y en la que “ya no me sentía”. Cafeta ya no luchaba por ninguna causa, cafeta ya no estaba impactando socialmente, cafeta ya no leía algún libro que la llamase. Hacer sin pasión en el intento no es lo mio, llámenme intensa, llámenme lo que quieran.
Cafeta estaba encerrada, apegada a una relación, asustada de un virus, cuestionando su trabajo, alejada de su familia y enferma por leer política y/o noticias a “nivel nacional”. No me había dado ese momento de intro-inspección por miedo, por miedo a tener esa charla conmigo misma que me haga llorar, donde tenga que auto-preguntarme para saber la verdad. Estaba incómoda y tenía que tomar decisiones y yo no quería. Dicen que no decidir, también es tomar una decisión, así que saquen sus conclusiones.
Imagino se están preguntando ¿Por qué está haciendo toda esta introducción? bueno, la hago para que tenga sentido desde día cero el por qué he vuelto a escribir y el por qué de mis decisiones. Quiero inspirar, pero para hacerlo tengo que contar una historia y es esta, es esta la verdad.
Después de toda una búsqueda exhaustiva de ayuda, me encontré con herramientas salvadoras del mundo holístico. Para los que creen que me volví Budha, pues no, no me volví Budha pero si empecé a pensar en mi bienestar. Holístico tiene que ver con el bien general del ser y eso quería yo. Mi bien general, vivir mi verdad.
Así que llegué a herramientas como la meditación, el ejercicio, la terapia psicológica, los podcasts, la astrología y una red de apoyo de amigos con corazón gigante. Herramientas que podrían servirle a cualquiera que se encuentre en el mismo lugar en el que yo estaba. Quería esa intensidad, esa elevación. Quería más y para tener más, tienes que transformarte y para transformarte tienes que soltar.
Me di cuenta que estaba en el final de lo que siempre había querido tener: desear perderlo todo para dejar de tener miedo a quedarme sin nada. Elena Codes tía escribes de puta madre, arriba España, ella escribió esto.
Y no tuve más miedo, dije adiós a mi trabajo, adiós a mi relación amorosa, adiós a esas amistades que no me llenaban y “hola al nuevo presente”. Me fui de viaje a hospedarme en medio del lago Titicaca. ¿Qué estaba perdiendo? nada, no perdía nada.
Tuve que soltar las cosas pequeñas, para hacerle espacio a lo grandioso. A lo que me extasiara, a lo que me gustara en demasía. A eso que me adentrara en estados de éxtasis. Me fascina lo que me deja exhausta y con los ojos prendidos, “lo que me hace sentir algo” por momentos consecutivos.
Lo grandioso es que, después de siete meses, me reencontré. Me saludé un rato y empecé a celebrar ese encuentro, a sentirme en sincronía. Hoy me siento más viva y meditativa que nunca. Me tomo cappuccinos cuando puedo, cafeta ha vuelto recharged. Mi vida ahora se basa en la meditación para empezar el día, varios ejercicios de respiración y voilá.
Ahora solo estoy en lugares donde celebran quien soy y donde me siento oportuna. Esos lugares y esas personas que no tienen qué elegirme, las elijo yo. Siempre guiándome de mi intuición, esa intuición que todos estos años estuve ignorado. Ese dolorcito en el pecho que te avisa “que algo no es lo tuyo” pero al que ignoras por tu racionalidad. No le hagan caso a lo racional es aburrido y nada expansivo.
Mis creencias limitantes y mi pensamiento “desmerecedor” trajeron consigo muchos dolores de cabeza, desmayos y muchas idas a emergencia en alguna clínica. Ahora, pregúntenme como estoy de salud y les responderé que: no me he enfermado en todos estos meses de ninguna gripe, corro 7km con un buen tiempo, ando muy presente, mi concentración aumentó y el fin de semana antepasado logré hacer un trekking pre-cumbre a un nevado. Me permití tenerlo todo de nuevo. La fuerza de la vida estaba presente. Me lo merecía.
Yo humana desde lo más auténtico y sincero me permití tenerlo todo, todo de nuevo.
He vuelto y con esto, los invito a permitirse tenerlo todo, solo cuestionando lo que hacen a diario usando estas simples preguntas: ¿Estoy gozando mi trabajo? ¿Estoy generando impacto donde me encuentro? ¿Estoy aprendiendo algo a diario? ¿Agradezco lo que me pasa a diario? ¿Las personas con las que ando son así de apasionadas? ¿Estas personas me dan tranquilidad? ¿Estas personas me inspiran?.
¡Qué sea un miércoles de nuevos comienzos! ¡Permítanse ser! Aquí les dejo mi Playlist salvadora de 60 horas de podcasts, ya voy a llegar a las 62 horas lol.
-Cafeta.